domingo, 29 de junio de 2008

La boda de Leoncio y Emilia

Mientras el Perú trataba de recuperar el rumbo y cerrar las heridas de la guerra con Chile bajo el mandato de Andrés Avelino Cáceres, la vida personal de Leoncio Blacker Martel depararía más de una sorpresa.

En 1887 Leoncio tuvo dos hijas naturales. Una de ellas llamada Delia Victoria, hija de Josefina Mascaro Lozano, la madre de su primogénito, mientras que la segunda niña se llamó María Gavina Andrea, hija de Emilia León Mandujano. Respecto a esta segunda bebe, existe un documento en el registro civil que certifica que fue declarada y reconocida por Leoncio Blacker, y que su nacimiento se produjo el 10 de noviembre de 1887.

Esta información permite suponer que durante un tiempo indeterminado Leoncio desarrolló una relación sentimental paralela con Josefina Mascaro y Emilia León. Las repercusiones sociales o familiares que produjo esta situación no se conocen al detalle, pero se sabe que la madre de Leoncio, Gavina Martel, nunca tuvo una relación cordial con Emilia. Sin embargo, la oposición de su madre no fue una barrera para que Leoncio deje de frecuentar a su joven pareja. En relación a María Gavina Andrea Blacker León, se presume que murió poco tiempo después de su nacimiento porque no fue bautizada y no existen mayores datos sobre su existencia.

Pasado el año 1887, parece claro que la relación entre Leoncio Blacker y Emilia León termina por consolidarse definitivamente. El 19 de diciembre de 1888 nació Nemesio Carlos Blacker León. Paradójicamente, el niño nació el mismo día que su medio hermano Nemesio Leoncio y ambos compartieron el primer nombre porque el 19 de diciembre se celebraba en Lima a San Nemesio mártir. El bautizo de Carlos fue el 18 de octubre de 1889 en la iglesia de Santa Ana y sus padrinos fueron Reynaldo Luya e Isabel Chacón o Charón.

A pesar de su numerosa descendencia, Leoncio permanecía soltero. No obstante, su estado civil estaba a punto de cambiar. Días antes del bautizo de Carlos ya se había abierto el expediente matrimonial de Leoncio Blacker Martel, de 34 años de edad, y Emilia León Mandujano, de 21.

En ese documento Leoncio se declaró hijo natural de Juan Blacker y Gavina Martel, y adjuntó una carta al arzobispo, fechada el 1 de octubre de 1889, con el objeto de que se acelerara la lectura de las proclamas porque tenía urgencia de contraer matrimonio: “... no siéndome posible demorar su realización hasta la terminación de lectura de proclamas que prescribe el Santo Concilio de Trento, por las razones que verbalmente he expuesto a su excelentísima y reverendísima; ocurro a su benevolencia suplicándole que en merito a ellas se digne a habilitar martes y jueves diez del presente para la lectura de dos de las proclamas”, dice la carta de Leoncio.

El arzobispo accedió a la petición y aunque no se citan las razones por las que Leoncio pidió acelerar la celebración de la boda, se ha descubierto que hubo un motivo que pudo ser concluyente para convencer al arzobispo: Emilia tenía ocho meses de embarazo. Los testigos de soltería de la pareja fueron los italianos Santiago Queirolo, quien ya había fundado en La Magdalena Vieja (hoy Pueblo Libre) una taberna cuya fama perdura, y Juan Monteverde, el esposo de Manuela Blacker.

Finalmente, el 14 de diciembre de 1889, en la iglesia de Santa Ana, se llevó a cabo el matrimonio de Leoncio y Emilia. Los padrinos fueron Gavina Martel y Augusto Seminario y Váscones, respetado hacendado y coronel perteneciente a una influyente familia piurana y quien, además, había cumplido una activa participación en la guerra con Chile.

Como testigos del enlace se presentaron Lorenzo Martel, hermano de Gavina, y un sobrino de Augusto Seminario y Váscones llamado Edmundo Seminario y Aramburu, quien años más tarde se involucraría en revueltas políticas y llegaría a ser diputado. La noticia del enlace fue publicada en el diario El Comercio y menos de un mes después del matrimonio, el 1 de enero de 1890, nació Manuel Augusto Blacker León. Su bautizo se efectuó once días más tarde, el 12 de enero, en la iglesia de Santa Ana. Actuaron como sus padrinos Lorenzo Martel y Jesús Aedo.

En ese mismo año, Andrés Avelino Cáceres, quien ya había firmado el controvertido Contrato Grace para intentar salvar la economía del país, dejaría la presidencia en manos del coronel Remigio Morales Bermúdez, otro miembro del Partido Constitucional que Cáceres formó después de la guerra con Chile. El triunfo electoral de Morales Bermúdez se facilitó porque el gobierno envió a prisión a Nicolás de Piérola, a quien considerada un peligroso adversario en las elecciones.

En 1890 la economía nacional había experimentado una leve mejoría. Las cámaras de Comercio de Lima, Arequipa y Callao habían vuelto a funcionar, se fundó la Sociedad de Minería y los grupos extranjeros residentes en Lima fundaron varias asociaciones, bancos y beneficencias.

Foto: Recorte del diario El Comercio en el que se anuncia el matrimonio de Leoncio Blacker y Emilia León. Diciembre de 1889.

jueves, 12 de junio de 2008

Después de la guerra

Tras la ocupación de Lima en 1881, la guerra con Chile se trasladó al interior del país y la sierra central resistió los intentos de penetración del ejército chileno. Dirigida por Andrés Avelino Cáceres, la resistencia de la Breña repelió al enemigo a través de una guerra de guerrillas que devolvió cierta esperanza al país. Sin embargo, hastiado de la presencia chilena y de la destrucción sistemática del Perú, el presidente provisorio Miguel Iglesias decidió terminar el conflicto armado capitulando con el invasor. El 20 de octubre de 1883 se firmó el Tratado de Paz de Ancón que incluyó cesiones territoriales permanentes y temporales a las fuerzas enemigas.

La guerra del Pacífico aniquiló la economía nacional y agudizó el desorden político. En principio, Cáceres no reconoció ni la autoridad de Iglesias ni los términos del tratado de paz firmado con Chile y de esta forma se inició el segundo militarismo y la lenta reconstrucción del Perú a manos, nuevamente, de los caudillos.

Dos años después del retiro de las tropas chilenas de Lima, en enero de 1885, Manuela Blacker Martel se casó vestida de negro en señal de luto por los caídos en la guerra. El novio fue el comerciante italiano Juan Monteverde y Monteverde, de 30 años, hijo de Juan Monteverde y Agustina Monteverde. Los testigos de soltería de la pareja fueron los italianos Juan Botto y Agustín Macchiavello.

En el expediente matrimonial Manuela se declaró hija natural de Juan Blacker y Gavina Martel y Alzamora, al mismo tiempo que dejó evidencia de una costumbre femenina de la época: se rebajó la edad. Manuela declaró tener 25 años cuando en realidad tenía 31. Este detalle permite suponer que la Iglesia no era tan escrupulosa como se creía a la hora de celebrar los matrimonios, ya que Manuela tenía partida de bautizo y en ella se consignaba claramente que nació el 25 de marzo de 1853. En el mismo expediente Juan Monteverde citó su domicilio en la calle Carmen Alto, mientras que Manuela señaló que vivía en la calle del Cercado número 4.

Mientras tanto, un año antes del matrimonio de Manuela, en junio de 1884, su media hermana Dolores “Dolly” Blacker Espantoso se casó en Londres con el fabricante de cerveza inglés Stephen George Holland, con quien tuvo tres hijos: Kenneth George Holland, Dolores "Nini" Holland y Vivian Ernest Holland. La familia vivió por mucho tiempo en la calle Sussex Square, a pocos pasos de la casa de los padres de Dolly.

Por otra parte, en 1886, cuando Manuela ya había cumplido el primer aniversario de matrimonio, su hermano Leoncio Blacker fue padre por segunda vez. En esta ocasión la madre del niño fue Ruperta Emilia León Mandujano, una joven de 17 años, hija de Juan León Valenzuela y Mercedes Mandujano Arenas.

El bebé, nacido el 17 de marzo de 1886, fue bautizado con el nombre de Juan Alejandro Blacker León en una ceremonia efectuada el 25 de abril de 1886 en la iglesia de San Lázaro. Sus padrinos fueron Antonio Flores y Victoria León. Según se consigna en la misma inscripción, Leoncio Blacker se acercó a la iglesia y reconoció a su hijo el 20 de noviembre de 1886; es decir, ocho meses después de su nacimiento. En ese momento Leoncio continuaba soltero.

De otro lado, también en 1886, el Consejo de Ministros del Perú ordenó expedir una cédula de montepío a favor de Gavina Martel y le asignó una pensión mensual de 36 soles y 66 centavos, monto que correspondía a las dos terceras partes del haber de su hijo mayor, el subteniente José Páramo, quien -como se señaló en el post anterior- murió durante la Batalla de Miraflores el 15 de enero de 1881.

Foto: Fotografía matrimonial del comerciante italiano Juan Monteverde y Manuela Blacker Martel.

-Nota: Después de la guerra con Chile se creó un Tribunal Arbitral Anglo-chileno para analizar posibles reclamaciones de súbditos británicos contra el gobierno de Chile. Muchos británicos residentes en el Perú presentaron reclamos por el hurto de sus mercaderías y pertenencias o por la destrucción de sus casas o firmas en Chorrillos, Miraflores, Barranco, Cerro Azul, Arica, Iquique, Pisagua, Mollendo, Tacna, etc.
Entre los reclamantes estuvieron Richard Thomas Anderson, David Duncan, Henry J. Fox, Thomas Woodsend, Alexander C. Mitchell, David Genno, John Farquharson, Tomas Lawlor, Alfredo J. Brierly, William E. Aitken, Benjamin J. Smith, Guillermo Tweddle, James Kirkwood, Jorge y Guillermo Stafford, Alejandro Hartley, Guillermo Ricketts, John Mathison, George Petrie, Alexander Prentice, John James Harris, Bates Stokes & Co, Huth & Co, Carlos Kemish, Ricardo Melson, Roberto Reid, William V. Fry, William Simpson, The Lima Railways & Co Limited, Thomas Keppel, Carlos Watson, Roberto Key Jeffery, John Scott, William Long, James Bishop, Carlos Baker, Thomas Simonds Tuffield, Lebbeus Sumpter, Samuel Peake, Guillermo S. Main, Juan Meikle, Carlos Hume Williams, John Briggs, Jefferson & Co, Viuda de Miller & Co, Robert Bishop, Roger Davies, George P. Rosenthal, Mary Watkins, María Portocarrero (viuda de Alejandro MacLean), Santiago Canny, Jorge Elster, Alicia E. Gallagher de Carrol, John Tregear, Juan Tomas North, Virginia Mariátegui (viuda de Enrique Swayne), Guillermo Sans Stanley, W. S. MacLelland, William Speedie, John Jefferson, Robert Smart, J. A. Robilliard, Julia MacLean de Outram, Guillermo Hill, Alejandro Stenhouse, Susana Cooper, Antonio Delolme, The Peruvian Guano Company Limited, Mercedes Méndez (viuda de Guillermo Reid), Campbell Jones & Co, Crown Parfumery & Co, Simon Israel & Co, Gerald Garland, Tomas Chapman, William MacLean, Federico Ford, John Farner, Thomas Wheelock, Jorge E. Brooking, Guillermo Sutherland, A. M. Fischer, etc.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Cóctel de emociones

Después del viaje de Leoncio a Piura en 1875, las nuevas pistas sobre la familia Blacker Martel se encuentran en plena guerra con Chile. En medio de ese conflicto armado y a los 25 años de edad, Leoncio fue padre por primera vez. La madre del niño fue la limeña Josefina Mascaro Lozano, hija de Cipriano Mascaro y Petronila Lozano.

El bebé, nacido el 19 de diciembre de 1880, fue bautizado con el nombre de Nemesio Leoncio Blacker en la parroquia de San Marcelo el 1 de enero de 1881. En la partida de bautizo se consigna que Leoncio Blacker era comerciante y se inscribe al niño como “hijo legítimo”, aunque Leoncio no era casado con Josefina.

En aquel momento la situación del país era particularmente desgraciada. La fuerza naval peruana, con el almirante Miguel Grau a la cabeza, había sido aniquilada en octubre de 1879; las provincias sureñas de Tarapacá, Tacna y Arica habían caído bajo el dominio del ejército chileno y las tropas invasoras ya habían desembarcado en Chilca para iniciar la ocupación de Lima.

Doce días después del bautizo del primogénito de Leoncio Blacker se produjo la batalla de San Juan y Chorrillos, mientras que el 15 de enero tuvo lugar la batalla de Miraflores, que fue particularmente dolorosa para Gavina Martel porque en ella pereció su hijo mayor: el subteniente del Ejército, José Páramo.

Vencida la resistencia peruana y desatados el caos, la destrucción y la incertidumbre, el ejército de Chile ingresó a la ciudad de Lima el 17 de enero de 1881. Sólo tres días después de la invasión, el 20 de enero, otro terrible suceso volvió a enlutar a la familia Blacker Martel: la muerte de Aurelia. No se ha podido establecer si el deceso de la hermana de Leoncio tuvo relación directa con la intervención militar chilena, pero llama la atención que la causa de su muerte haya sido una fractura.

Aurelia, la tercera hija de John Blacker y Gavina Martel, tenía apenas 23 años de edad y era soltera sin descendencia. Su tumba se encuentra en el cementerio Presbítero Maestro y en el documento de la Beneficencia de Lima redactado antes de su entierro se consigna que vivía en la calle Ilave.

Desde nuestra perspectiva actual es difícil de calcular el impacto que causó en los miembros de la familia la acumulación de noticias tan importantes y dramáticas en tan corto periodo. En apenas treinta días, Leoncio se convirtió en padre, José Páramo murió en combate, el ejército chileno ocupó Lima y Aurelia sufrió una fractura que le costó la vida. Un cóctel de emociones que debe haber afectado particularmente a Gavina Martel, quien se convirtió en abuela y perdió dos hijos en el transcurso de un mes.

Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, John Blacker llevaba una placentera vida en Londres. En el censo londinense correspondiente al año 1881 el comerciante inglés aparece viviendo en la misma casa de Sussex Square que declaró diez años antes. Con él vivían su esposa Carmen Espantoso, su hija Dolores y seis sirvientes.

Su hijo menor, John, era alumno interno en el prestigioso colegio católico St Edmund´s en Standon, mientras que su hija Carmen Blacker se casó en marzo de 1880 con el comerciante inglés Charles Alexander J. Devaux, con quien tuvo tres hijos: Charles John Devaux, Ernest Joachim Devaux y Carmen Devaux.

Los tres niños nacieron en Londres y la familia residió por algunos años en Paddington, aunque poco tiempo después del nacimiento de su última hija, los Devaux-Blacker viajaron a Alemania y se establecieron de manera permanente en la ciudad de Friburgo.

Foto: Partida de bautizo del primer hijo de Leoncio Blacker Martel. El niño, Nemesio Leoncio Blacker Mascaro, nació en plena guerra con Chile.

jueves, 1 de mayo de 2008

El bautizo de Leoncio

Respecto a la relación de John Blacker con los hijos que dejó en el Perú sólo existen referencias indirectas que fueron halladas en documentos fechados en diciembre de 1873 y en enero de 1874. Ambos escritos contienen detalles de un reclamo de Gavina Martel ante el Arzobispado de Lima debido a que la constancia de bautizo de su hijo Leoncio no se registró en los libros de la parroquia del Sagrario, por lo que pide que se subsane el error y se extienda otra partida.

La primera carta data de diciembre de 1873 y lleva la firma de “Gabina Martel de Alzamora”, quien revela que Leoncio fue “hijo natural de Juan Carlos Blacker” y agrega que el comerciante inglés “reconoció siempre por su hijo a Leoncio, pasando hasta el día una mesada para él y para su otra hija Manuela Encarnación Blacker”.

Respecto a los detalles de su petición, Gavina Martel escribe textualmente lo siguiente: “en 1 de marzo de 1855 di a luz un niño, al cual se le puso la agua del bautismo en mi casa por el finado padre Seminario por caso de necesidad, y como a los 15 días fue llevado a que se le pusiera el óleo en la parroquia del Sagrario, de donde era yo feligrés, y en cuya parroquia se había bautizado antes mi 1ra hija Manuela Encarnación Blacker, pero sea por descuido o por cualquier otro motivo; lo cierto es, que necesitando en días pasados la partida bautismal de mi hijo, no se ha encontrado en los libros de dicha parroquia...”.

En la segunda carta, fechada en enero de 1874, Gavina aduce que su hijo Leoncio no puede acreditar su edad y que además es perjudicado porque no puede ser admitido en el colegio. En este último punto es probable que ella se refiera en realidad a un colegio militar o profesional porque, al momento de la petición, Leoncio ya contaba con 18 años.

Para comprobar la autenticidad de lo señalado en sus cartas, Gavina propuso tomar declaración a tres testigos: el comerciante Jenaro Gutierres (sic) y los abogados Manuel Chepote y Luciano Benjamín Cisneros, quien era además diputado y abogado del Banco Nacional del Perú. Mediante un decreto, la Iglesia declaró “no ha lugar” el pedido de Gavina Martel argumentando que el padre de Leoncio se encontraba ausente y que se requería su presencia para expedir la partida.

La única alternativa posible para obtener el documento era que Leoncio fuese declarado “hijo de padre no conocido” o que John Blacker, quien vivía en Londres, concurra a la citación. El decreto fue puesto en conocimiento de Gavina Martel, quien no lo firmó, haciéndolo por ella su hijo Leoncio en enero de 1874.

La revisión completa de todos los documentos referidos a este caso deja abiertas varias interrogantes. Por ejemplo, es extraño que Gavina no haya mencionado en su petición a su hija Aurelia, cuyo padre era también John Blacker y había sido bautizada en 1858, por lo que su nombre aparecía en los libros de la iglesia. También llama la atención que no haya hecho referencia a su fallecida hija Natalia Blacker.

Otra curiosidad es que Gavina se refiere a Manuela como su primera hija y le atribuye un segundo nombre (Encarnación) que no aparece en su partida de bautizo. En este punto es oportuno recordar que el primer hijo de Gavina fue José Páramo.

Otro detalle es que Gavina identifica a John Blacker como “Juan Carlos”, aunque el segundo nombre del comerciante inglés era Lewis. En un post anterior, referido a la partida de bautizo de Natalia Blacker, se consideró que el nombre "Juan Carlos" fue utilizado para encubrir información respecto a la filiación paterna de la niña. Sin embargo, es probable que el mismo comerciante inglés se haya atribuido ese nombre y la pista que apunta en esa dirección es que Blacker bautizó como “Juan Carlos” al primer hijo de su matrimonio con Carmen Espantoso.

Por otra parte, un año después de que fracasó la petición de Gavina Martel ante el Arzobispado de Lima, su hijo Leoncio Blacker, de 20 años, se trasladó a la ciudad de Piura. No se conocen exactamente los motivos de su viaje, pero se presume que pretendió reunirse o se reunió con Alexander Blacker, quien vivía en el puerto de Paita y era hermano de su padre.

Es probable que Leoncio, a través de su tío, haya tratado de establecer algún tipo de contacto con John Blacker para poder obtener su partida de bautizo. Hay evidencia de ese viaje porque Leoncio envió una fotografía en la que escribió una dedicatoria a “sus hermanos José, Manonga y Aurelia” con fecha 13 de abril de 1875.

Si Leoncio Blacker hizo alguna gestión para inscribir extemporáneamente su constancia de bautizo, parece que no tuvo éxito. A pesar de que no pudo acreditar su identidad (*), Leoncio Blacker sí logró enrolarse finalmente en una institución educativa ya que es citado como "estudiante" en el Almanaque del Comercio de Lima, editado por Carlos Lemale en 1876. Según la publicación, Leoncio vivía en el número 39 de la calle Cailloma y en la misma dirección residía un comerciante de apellido Lariva y funcionaba la comisaría del distrito primero.

En esa época, para facilitar su administración, Lima se dividía en cinco cuarteles, y cada cuartel comprendía dos distritos. Es decir, habían cinco cuarteles y diez distritos, los que, en total, comprendían 46 barrios. Además, Lima había experimentado varios cambios de carácter urbano debido al crecimiento de la población. Por ejemplo, cada cuadra había dejado de tener nombre propio y ahora formaba parte de una calle. En el caso de Cailloma, incluía las cuadras que habían sido conocidas como Monopinta, Villegas, Acequia Alta, Arévalo, Calonge, Argandoña y Afligidos.

Otro cambio importante en la ciudad se notaba en el pavimento de las calles y en las acequias y albañales, que habían sido cubiertos, evitando así epidemias, malos olores y la vista desagradable de los desperdicios de la ciudad.

También en 1876 se ha encontrado información respecto a la firma Isaac & Co, la cual continuaba operando en Lima tras la partida de John Blacker. Su representante era en ese momento Adolfo E. Polis, quien figura en el directorio de la compañia Sud-Americana de Seguros contra riesgos marítimos e incendios. Asimismo, la firma Isaac & Co tenía como dirección el número 100 de la calle Lampa.

Foto: Extracto de una de las cartas enviadas por Gavina Martel al Arzobispado de Lima para solicitar la partida de bautizo de su hijo Leoncio Blacker.

(*) Está comprobado que Leoncio Blacker sí fue bautizado, pero con un apellido paterno diferente. El 10 de marzo de 1855, en la iglesia de Santa Ana y a los diez días de nacido, Leoncio fue bautizado con el nombre de José Leonsio. En el documento aparece como hijo natural de don José Mendiburu y de doña Gavina Alzamora. Su padrino fue Manuel María Marín. La partida se encuentra en el libro 21, folio 40. A lo largo de su vida, la madre de Leoncio mantuvo esta información en absoluto secreto y más tarde le atribuyó a su hijo el apellido Blacker debido al evidente parecido físico de Leoncio con el comerciante inglés John Blacker Thierry. Este hallazgo permite suponer que Gavina había desarrollado una relación ocasional con John Blacker, por lo que en 1855 no sabía a ciencia cierta quién era el padre de su hijo. Respecto a las gestiones que realizó Gavina ante el Arzobispado de Lima en 1873 y 1874 con la finalidad de obtener la partida de bautizo de Leoncio, parecen haber sido sólo un desesperado intento por lograr una inscripción extemporánea y subsanar así el supuesto error cometido en 1855.

domingo, 27 de abril de 2008

Decadencia económica

La mudanza de Gavina Martel y sus hijos a una casa propia en los Barrios Altos coincidió con una época en la que la economía peruana ingresaba en una etapa de marcado declive. Poco tiempo después del censo de Lima de 1866, el presidente Mariano Ignacio Prado fue derrocado por el general Pedro Diez Canseco, quien en 1868 convocó a elecciones populares en las que el coronel José Balta salió elegido como nuevo presidente.

Durante su gobierno, Balta trató de potenciar la explotación y venta del salitre de Tarapacá, y ordenó demoler la muralla que rodeaba Lima con el objeto de expandir la ciudad. Se construyeron vistosas alamedas, espaciosas casas y modernos establecimientos públicos y privados.

Balta también inició una agresiva campaña de construcción de ferrocarriles en distintos lugares del país. Sin embargo, esta última iniciativa, que fue encargada al ingeniero estadounidense Henry Meiggs, produjo enormes gastos que afectaron seriamente la economía nacional.

Las deudas externa e interna aumentaron considerablemente, mientras que el negocio del guano empezaba a decaer porque ya algunos sustitutos aparecían en el mercado rural europeo. Además, la mala administración del Estado peruano a través de los años había provocado que se despilfarraran los empréstitos o adelantos que los consignatarios o casas comerciales entregaban como parte de pago por la exportación del fertilizante natural.

La crisis económica era evidente cuando Balta nombró como ministro de Hacienda a Nicolás de Piérola, quien pidió al Congreso autorización para negociar directamente la venta del guano al extranjero, ya que el sistema de consignaciones presentaba serias irregularidades y perjudicaba al Estado. Así, en 1869, se firmó el “Contrato Dreyfus” con la casa judío francesa Dreyfus & Hnos. El contrato se llevó adelante a pesar de las protestas de los capitalistas nacionales y consignatarios.

La Casa Dreyfus monopolizó la venta del guano y entregó al Estado una gran cantidad de dinero en calidad de adelantos para financiar la construcción de ferrocarriles. De esta forma la deuda peruana creció tanto que, en poco tiempo, se hizo descomunal e impagable. Más tarde, al no poder cumplir con sus compromisos de pago, el país caería en el descrédito internacional y la sensación de crecimiento económico que produjo el boom del guano se detendría casi por completo. Estaba ya terminando lo que el historiador Jorge Basadre llamó la época de la "prosperidad falaz".

Pero la decadencia económica del país fue minimizada por los sectores más acomodados de la sociedad limeña, que mantuvieron sus suntuosos estilos de vida. Mientras tanto, en 1871 hizo su primera aparición el Callao and Lima Gazette, matutino fundado por Robert Allison de la Pacific Steam Navigation Company y editado por Isaac Lawton. Este no fue solamente el primer periódico en idioma inglés, sino también el primer periódico extranjero publicado en el Perú.

También en 1871 se fundó el Partido Civil, abiertamente antimilitarista, y que tuvo como máximo representante al oligarca Manuel Pardo y Lavalle, quien un año más tarde se convertiría en el primer presidente civil del Perú tras sofocarse la sangrienta rebelión de los hermanos Gutiérrez.

De 1871 data, asimismo, la primera pista sólida que se encontró en Inglaterra en torno a la nueva vida del comerciante inglés John Blacker y su familia. El censo inglés de ese año muestra que Blacker residía en una amplia casa, que incluía caballerizas, en el número 12 de la calle Sussex Square, Hyde Park, en Paddington, Londres. Blacker vivía junto a su esposa Carmen Espantoso y tres de sus cuatro hijos: Carmen, Dolores (a quien se le llamaba Dolly) y John. Su hijo mayor, Juan Carlos, de 12 años, era estudiante interno en un colegio privado.

En la casa vivían también ocho sirvientes de distintas nacionalidades, lo que es una clara señal de que la familia había alcanzado una sólida posición económica. Respecto a su ocupación, John Blacker figura en el documento como “merchant, banker”. Es decir, no sólo se declaró comerciante sino también banquero. Al respecto se ha encontrado amplia información que demuestra que la firma de comerciantes de la que era socio en Londres (Isaac & Co) contó entre sus mútiples actividades con operaciones bancarias vinculadas a Latinoamérica.

En Londres existen asimismo varios documentos que dan cuenta de la existencia de organizaciones como el “Isaac & Samuel Merchant Bank” y el "Isaac & Samuel Commission Merchants", cuya oficina principal funcionaba en el número 22 de la calle Great Winchester. Blacker, junto a Benjamin Isaac, era el funcionario más importante de "Isaac & Samuel Commission Merchants", firma que durante muchos años comercializó azufre, materiales de ferretería, ropa y diversos productos con Latinoamérica.

Benjamin Isaac era también cónsul general de Guatemala en Gran Bretaña, hacía negocios con el gobierno de ese país y aparece ligado a una empresa de ferrocarriles en Argentina y a una empresa eléctrica en Australasia. No es descabellado pensar que Isaac & Co se convirtió paulatinamente en una poderosa corporación, ya que el socio principal de la firma, Frederick Simeon Isaac, fue inversionista en el Mercantile Bank of the River Plate en Argentina, así como en una empresa de ferrocarriles en Colombia y mantuvo operativa su compañía en distintos países, entre ellos el Perú. Por si fuera poco, Frederick S. Isaac era también cónsul general de Nicaragua en Gran Bretaña e hizo varios negocios con el gobierno de ese país.

Es obvio que Blacker se hizo socio de una compañía muy importante con intereses en diferentes rubros, lo que le permitió amasar una considerable fortuna. John Blacker era, además, miembro de la prestigiosa Royal Institution of Great Britain, organización dedicada a promover el conocimiento de las ciencias y las letras a través de discursos y conferencias en su exclusivo local de la zona de Picadilly. El comerciante inglés se había inscrito en la institución en 1867 y un año después, en 1868, se había afiliado también a la Zoological Society of London.

Foto: Vista de la plaza mayor de Lima en el año 1870. Archivo Courret.

jueves, 17 de abril de 2008

¿Por qué Alzamora?

En el censo de la ciudad de Lima correspondiente al año 1866 ya no hay ningún rastro del comerciante inglés John Blacker y su familia, mientras que Gavina Martel había cambiado de residencia. De la calle Matavilela se había trasladado a la calle Arica, donde fue registrada nuevamente bajo el nombre de Gavina Alzamora. Esta vez se declaró “casada” y no “viuda”, como lo había hecho seis años antes en el censo de 1860.

Gavina vivía junto a sus hijos, cuyos nombres fueron esta vez consignados de la siguiente manera: Manuela Blaque, Leon Blaque y Aurelia Blaque. Los tres aparecen inscritos como escolares y Manuela tenía ya 13 años; Leoncio, 11; y Aurelia, 9.

Como se comentó en el post anterior, un motivo razonable para explicar el cambio de apellido de Gavina y el de sus hijos es que de esa manera disimulaba su condición de madre soltera. En aquella época cambiarse de apellido era una tarea sumamente sencilla porque el registro civil no tenía mayor importancia y las personas realmente quedaban registradas en las iglesias al momento de ser bautizadas. Además, no existían disposiciones legales que obligaran a acreditar la identidad. En esas circunstancias era fácil cambiar, omitir o aumentar nombres y apellidos.

Respecto al apellido Alzamora no se ha encontrado ninguna pista que lo vincule a Gavina Martel Reyes, aunque se ha hallado que era muy común en esa época y que incluso existía una zona específica en la ciudad conocida con ese nombre. En ese entonces Lima se mantenía rodeada por la muralla de protección que se había construido durante la colonia. Esa muralla tenía nueve puertas de salida y una de ellas era la Portada de Maravillas. Precisamente la zona aledaña a esa portada se conocía como Alzamora y existen documentos que explican los motivos por los que recibió ese nombre.

En Historia Urbana de Lima: Los Barrios Altos 1820-1880, el profesor Alejandro Reyes Flores refiere que en 1819 “existía una casa huerta y tambo a la salida de la Portada de Maravillas conocida como Alzamora”, de propiedad de doña Manuela Alzamora, la que fue arrendada por un plazo de nueve años al teniente coronel don Mariano Zubizarreta en 800 pesos anuales pagados por adelantado.

En una primera etapa de la investigación se pensó que Gavina Martel se atribuyó el apellido Alzamora porque ese era el nombre de la zona donde residía, pero la revisión de los censos y de otros documentos demuestran que ella no vivía en esa área cuando empezó a atribuirse el apellido. Lo curioso es que aproximadamente en 1870 Gavina y sus hijos se mudaron a aquella zona conocida como Alzamora para ocupar una amplia casa en la calle Ilave. Esa casa, que llevó el número 118, fue propiedad de Gavina Martel.

Por otra parte, también es posible que Alzamora haya sido el verdadero apellido de Gavina y que siendo niña haya sido acogida por la familia Martel Reyes. En todo caso, este misterio todavía no ha sido resuelto.

Foto: La niña Aurelia Blacker Martel en una típica fotografía de la época. Cortesía: Nilemón Blacker.

sábado, 5 de abril de 2008

La partida de Blacker

El mismo año que se realizó el censo de 1860, específicamente el 30 de octubre, Carmen Espantoso dio a luz a María del Carmen Blacker, quien a los dos meses de nacida fue bautizada en el Sagrario de la Catedral. La ceremonia se realizó el 8 de diciembre de 1860 y sus padrinos fueron sus abuelos Manuel Espantoso y Dolores Oramas de Espantoso.

La familia de John Blacker aumentó el 19 de marzo de 1862 cuando nació María de los Dolores Blacker. Su bautizo se realizó el 11 de abril de 1862 en el Sagrario de la Catedral y sus padrinos fueron la pareja de esposos Jesús Elías de la Quintana y Francisca Espantoso.

Llama la atención que todos los padrinos y madrinas de los hijos legítimos de John Blacker hayan estado vinculados estrechamente a la familia Espantoso. Ningún inglés recibió ese encargo.
Sólo como una referencia histórica debe señalarse que en aquel 1862 se inició la Guerra de Secesión en Estados Unidos, periodo durante el cual los productores de algodón en el Perú aumentaron significativamente sus ganancias exportando su mercadería a Europa. Este dato es importante porque se ha encontrado información que indica que la firma de la cual Blacker era socio -Isaac & Co- tenía entre sus actividades la exportación de algodón a Inglaterra.

Por otra parte, también en 1862, Ramón Castilla dejó la presidencia en manos del mariscal Miguel de San Román, quien falleció tras permanecer menos de un año al frente del gobierno, posibilitando el ascenso al poder del general Juan Antonio Pezet en 1863.

El nacimiento de María de los Dolores fue la última pista que dejó John Blacker sobre su presencia en el Perú porque él y su familia partieron a Inglaterra entre los años 1862 y 1866 para no volver nunca más al país. Se puede asegurar que en 1866 ya estaban radicados en Londres porque el 6 de octubre de ese año nació en la capital inglesa el cuarto y último hijo del matrimonio. El niño fue bautizado con el mismo nombre de su padre: John Blacker.

¿Por qué Blacker volvió a su país? Es imposible determinarlo, aunque lo más probable es que la firma Isaac & Co le ofreció un cargo más importante en Londres. Estas ofertas de trabajo eran frecuentes en aquella época y muchos ingleses que vivían en Lima tenían la esperanza de volver a su país ventajosamente contratados. Asimismo, esta idea se apoya en un dato aparecido en el diario personal del viajero Heinrich Witt, quien revela que Blacker llegó a convertirse en el funcionario más importante de la respetable firma Isaac & Samuel de Londres.

Otra posibilidad es que motivos personales hayan apurado la partida de Blacker del Perú. El hecho de tener hijos naturales puede haber influido para que la familia de su esposa lo haya presionado a mudar su residencia o para que él mismo haya tomado la determinación de aceptar una oferta para volver a su país. En este último aspecto un hecho puntual puede haber desencadenado el viaje: la muerte de Natalia Blacker.

Como ya se relató en un post anterior, Natalia falleció en diciembre de 1863 en medio de un sospechoso manto de dudas sobre su verdadero apellido, lo que hace suponer que existió una clara intención de no identificar plenamente a la niña.

El error más sorprendente es el que se registra en la lápida, que suele ser un regalo de la familia. En ella se ha escrito el nombre “Natalia Blakar”. El yerro sorprende porque años antes Manuela y Aurelia habían sido bautizadas con el apellido Blacker. Otro hecho desconcertante es que en la lápida se consigna que la niña nació el 28 de julio de 1857, pero su hermana Aurelia nació un día antes del mismo año.

La posibilidad de que hayan sido mellizas se descarta si nos ceñimos al censo de 1860, en el cual Gavina declaró que Aurelia tenía 3 años y Natalia, 2. Si esta información es correcta, Natalia Blacker nació en realidad en 1858, es decir, cuando John Blacker ya estaba casado con Carmen Espantoso. Es posible, incluso, que Gavina haya tenido 5 meses de embarazo cuando Blacker se casó en marzo de 1858.

Existen tantas imprecisiones en los documentos encontrados sobre Natalia Blacker que no es descabellado pensar que cuando la niña cayó enferma Gavina Martel buscó a Blacker para pedirle ayuda. Es posible que él se haya ofrecido a ayudarla a cambio de que se disimule la identidad de la niña. En la partida de bautizo de Natalia se señala como sus padres a “Juan Carlos Blaque y Gavina Zamora”, pero hasta ese momento John Blacker había aparecido citado con un sólo nombre (Juan) en las partidas de bautizo de Manuela y Aurelia. Además, su nombre real era John Lewis Blacker.

En el caso de Gavina Martel se sabe que se atribuía el apellido Alzamora, muy parecido pero no igual a Zamora. Tal vez no se cometió un error al registrar los nombres de los padres de Natalia en la partida de bautizo, sino que la información se dio de esa manera con el propósito de crear cierta confusión.

Otro hecho extraño es que se pagó una cantidad inusualmente alta (40 soles de la época) por la carroza que trasladó el cuerpo de la niña al cementerio general. Este dato provoca sospechas porque no es lógico que se haya desembolsado una suma tan importante por una niña de apellido incierto. Además, la sepultura eclesiástica se efectuó en el convento de La Merced y no en la iglesia de San Marcelo, lo que le daba una categoría superior al funeral.

Una hipótesis es que John Blacker corrió con los gastos del sepelio a cambio de que se mantenga oculto el verdadero apellido de la fallecida. En ese entonces Lima era una ciudad pequeña y la sociedad le daba una importancia exagerada a las apariencias. Es seguro que mucha gente, incluida la familia Espantoso, sabía que Blacker tenía hijos naturales, pero encubrir esa información o mantenerla en secreto les permitía aparentar ser “socialmente correctos”.

En realidad, en esta parte de la historia, se pueden ensayar numerosas teorías. No obstante, lo único cierto y comprobado es que John Blacker se alejó definitivamente del Perú entre los años 1862 y 1866. En el plano nacional, la única seria dificultad surgida en Lima entre esos años fue la guerra con España. Exactamente en 1863 llegó al Callao, bajo el pretexto de una expedición científica, una escuadra española al mando del almirante Hernández Pinzón. Su intención era llegar a Valparaíso, el Callao y luego a California, pero cuando estuvieron en el puerto sureño hubo un incidente entre vascos y peruanos en la hacienda Talambo en Lambayeque, dando como resultado la muerte de un español.

El incidente fue reportado a la escuadra española que rápidamente se trasladó al Perú y en señal de protesta ocupó las guaneras islas Chincha. El gobierno peruano, temiendo un enfrentamiento militar, llegó a un acuerdo a través del tratado Vivanco-Pareja con la finalidad de que la escuadra española desocupe las islas Chincha.

El polémico tratado provocó una ola de protestas en el país. El general Manuel Ignacio Prado tomó las armas en Arequipa y acusó de traidor al presidente Pezet, quien huyó hacia Europa. Prado asumió el poder y anuló el tratado Vivanco-Pareja, formándose una cuádruple alianza entre Ecuador, Perú, Chile y Bolivia para declararle la guerra a España. La escuadra española bloqueó las costas chilenas y bombardeó Valparaíso, pero la armada conformada por buques peruanos y chilenos derrotaron a los españoles en el combate de Abtao y en el definitivo combate del Dos de Mayo de 1866, en el que murió el ministro de guerra José Gálvez.

Foto: Lápida de Natalia "Blakar" en el cementerio Presbítero Maestro de Lima. El apellido y la fecha de nacimiento generan más de una duda.