Respecto a la relación de John Blacker con los hijos que dejó en el Perú sólo existen referencias indirectas que fueron halladas en documentos fechados en diciembre de 1873 y en enero de 1874. Ambos escritos contienen detalles de un reclamo de Gavina Martel ante el Arzobispado de Lima debido a que la constancia de bautizo de su hijo Leoncio no se registró en los libros de la parroquia del Sagrario, por lo que pide que se subsane el error y se extienda otra partida.
La primera carta data de diciembre de 1873 y lleva la firma de “Gabina Martel de Alzamora”, quien revela que Leoncio fue “hijo natural de Juan Carlos Blacker” y agrega que el comerciante inglés “reconoció siempre por su hijo a Leoncio, pasando hasta el día una mesada para él y para su otra hija Manuela Encarnación Blacker”.
Respecto a los detalles de su petición, Gavina Martel escribe textualmente lo siguiente: “en 1 de marzo de 1855 di a luz un niño, al cual se le puso la agua del bautismo en mi casa por el finado padre Seminario por caso de necesidad, y como a los 15 días fue llevado a que se le pusiera el óleo en la parroquia del Sagrario, de donde era yo feligrés, y en cuya parroquia se había bautizado antes mi 1ra hija Manuela Encarnación Blacker, pero sea por descuido o por cualquier otro motivo; lo cierto es, que necesitando en días pasados la partida bautismal de mi hijo, no se ha encontrado en los libros de dicha parroquia...”.
En la segunda carta, fechada en enero de 1874, Gavina aduce que su hijo Leoncio no puede acreditar su edad y que además es perjudicado porque no puede ser admitido en el colegio. En este último punto es probable que ella se refiera en realidad a un colegio militar o profesional porque, al momento de la petición, Leoncio ya contaba con 18 años.
Para comprobar la autenticidad de lo señalado en sus cartas, Gavina propuso tomar declaración a tres testigos: el comerciante Jenaro Gutierres (sic) y los abogados Manuel Chepote y Luciano Benjamín Cisneros, quien era además diputado y abogado del Banco Nacional del Perú. Mediante un decreto, la Iglesia declaró “no ha lugar” el pedido de Gavina Martel argumentando que el padre de Leoncio se encontraba ausente y que se requería su presencia para expedir la partida.
La única alternativa posible para obtener el documento era que Leoncio fuese declarado “hijo de padre no conocido” o que John Blacker, quien vivía en Londres, concurra a la citación. El decreto fue puesto en conocimiento de Gavina Martel, quien no lo firmó, haciéndolo por ella su hijo Leoncio en enero de 1874.
La revisión completa de todos los documentos referidos a este caso deja abiertas varias interrogantes. Por ejemplo, es extraño que Gavina no haya mencionado en su petición a su hija Aurelia, cuyo padre era también John Blacker y había sido bautizada en 1858, por lo que su nombre aparecía en los libros de la iglesia. También llama la atención que no haya hecho referencia a su fallecida hija Natalia Blacker.
Otra curiosidad es que Gavina se refiere a Manuela como su primera hija y le atribuye un segundo nombre (Encarnación) que no aparece en su partida de bautizo. En este punto es oportuno recordar que el primer hijo de Gavina fue José Páramo.
Otro detalle es que Gavina identifica a John Blacker como “Juan Carlos”, aunque el segundo nombre del comerciante inglés era Lewis. En un post anterior, referido a la partida de bautizo de Natalia Blacker, se consideró que el nombre "Juan Carlos" fue utilizado para encubrir información respecto a la filiación paterna de la niña. Sin embargo, es probable que el mismo comerciante inglés se haya atribuido ese nombre y la pista que apunta en esa dirección es que Blacker bautizó como “Juan Carlos” al primer hijo de su matrimonio con Carmen Espantoso.
Por otra parte, un año después de que fracasó la petición de Gavina Martel ante el Arzobispado de Lima, su hijo Leoncio Blacker, de 20 años, se trasladó a la ciudad de Piura. No se conocen exactamente los motivos de su viaje, pero se presume que pretendió reunirse o se reunió con Alexander Blacker, quien vivía en el puerto de Paita y era hermano de su padre.
Es probable que Leoncio, a través de su tío, haya tratado de establecer algún tipo de contacto con John Blacker para poder obtener su partida de bautizo. Hay evidencia de ese viaje porque Leoncio envió una fotografía en la que escribió una dedicatoria a “sus hermanos José, Manonga y Aurelia” con fecha 13 de abril de 1875.
Si Leoncio Blacker hizo alguna gestión para inscribir extemporáneamente su constancia de bautizo, parece que no tuvo éxito. A pesar de que no pudo acreditar su identidad (*), Leoncio Blacker sí logró enrolarse finalmente en una institución educativa ya que es citado como "estudiante" en el Almanaque del Comercio de Lima, editado por Carlos Lemale en 1876. Según la publicación, Leoncio vivía en el número 39 de la calle Cailloma y en la misma dirección residía un comerciante de apellido Lariva y funcionaba la comisaría del distrito primero.
En esa época, para facilitar su administración, Lima se dividía en cinco cuarteles, y cada cuartel comprendía dos distritos. Es decir, habían cinco cuarteles y diez distritos, los que, en total, comprendían 46 barrios. Además, Lima había experimentado varios cambios de carácter urbano debido al crecimiento de la población. Por ejemplo, cada cuadra había dejado de tener nombre propio y ahora formaba parte de una calle. En el caso de Cailloma, incluía las cuadras que habían sido conocidas como Monopinta, Villegas, Acequia Alta, Arévalo, Calonge, Argandoña y Afligidos.
Otro cambio importante en la ciudad se notaba en el pavimento de las calles y en las acequias y albañales, que habían sido cubiertos, evitando así epidemias, malos olores y la vista desagradable de los desperdicios de la ciudad.
También en 1876 se ha encontrado información respecto a la firma Isaac & Co, la cual continuaba operando en Lima tras la partida de John Blacker. Su representante era en ese momento Adolfo E. Polis, quien figura en el directorio de la compañia Sud-Americana de Seguros contra riesgos marítimos e incendios. Asimismo, la firma Isaac & Co tenía como dirección el número 100 de la calle Lampa.
Foto: Extracto de una de las cartas enviadas por Gavina Martel al Arzobispado de Lima para solicitar la partida de bautizo de su hijo Leoncio Blacker.
(*) Está comprobado que Leoncio Blacker sí fue bautizado, pero con un apellido paterno diferente. El 10 de marzo de 1855, en la iglesia de Santa Ana y a los diez días de nacido, Leoncio fue bautizado con el nombre de José Leonsio. En el documento aparece como hijo natural de don José Mendiburu y de doña Gavina Alzamora. Su padrino fue Manuel María Marín. La partida se encuentra en el libro 21, folio 40. A lo largo de su vida, la madre de Leoncio mantuvo esta información en absoluto secreto y más tarde le atribuyó a su hijo el apellido Blacker debido al evidente parecido físico de Leoncio con el comerciante inglés John Blacker Thierry. Este hallazgo permite suponer que Gavina había desarrollado una relación ocasional con John Blacker, por lo que en 1855 no sabía a ciencia cierta quién era el padre de su hijo. Respecto a las gestiones que realizó Gavina ante el Arzobispado de Lima en 1873 y 1874 con la finalidad de obtener la partida de bautizo de Leoncio, parecen haber sido sólo un desesperado intento por lograr una inscripción extemporánea y subsanar así el supuesto error cometido en 1855.
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