lunes, 7 de diciembre de 2009

El testamento

Alexander Blacker Thierry declaró textualmente en su testamento que su fortuna consistía en lo que "designa, contiene y contendrá el libro mayor de su casa comercial", cuyo nombre era Blacker & Co. Nombró como sus herederos a su esposa Mariana Raygada (ya fallecida), a sus hijos Luis (Louis) y Carlos (Charles) Blacker Raygada, a sus nietas María Luisa Blacker Higginson y Elisa Blacker Higginson, así como a su hija Elisa María Blacker Higginson, quien residía en la ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos.

Esta última era soltera y le otorgó un poder especial a su primo Alejandro Higginson, residente en Paita, para que cobre o perciba todo lo que le correspondía de la herencia paterna. Como albacea y liquidador de sus bienes, Alexander Blacker Thierry nombró a su primo político José María Raygada Oyarzábal, quien era hijo del ilustre General José María Raygada Gallo -héroe de las guerras de Independencia fallecido en 1859- y Juana Oyarzábal de la Canal.

En su testamento, Blacker también designó a Raygada Oyarzábal como "tutor y guardador de sus hijos menores", al mismo tiempo que citó como sus propiedades una casa habitación y una bodega en Paita, así como una finca y un establecimiento para despepitar algodón en el pueblo de La Huaca. Posteriormente, cuando se realizó el inventario de sus bienes, se descubrió que Blacker poseía también una rústica casa en Sullana. En la tasación se detallaron todos los enseres encontrados en sus propiedades.

Lo que llama la atención es que en su testamento Blacker aclara que "su primera esposa, Eliza Higginson, no aportó bienes algunos al matrimonio y que en la fecha de su muerte la sociedad conyugal no tenía capital alguno". La declaración sorprende porque hay sólidas evidencias que demuestran que Blacker manejó por algunos años el negocio de la familia de su esposa y que sus principales propiedades fueron adquiridas cuando Eliza Higginson todavía estaba con vida.

Foto: Primeras páginas del legajo que contiene en detalle el testamento del comerciante inglés Alexander Blacker Thierry.

sábado, 14 de noviembre de 2009

La muerte del cónsul

Tres años antes de la muerte de Alejandro Carlos Blacker Higginson, su padre Alexander Blacker Thierry tuvo un segundo hijo con Mariana Raygada Días. El niño recibió el nombre de Juan Clímaco Carlos Eduardo Blacker Raygada. El nacimiento se produjo a las cuatro de la madrugada del 30 de marzo de 1886 en la calle de La Merced, casa número uno, en Paita.

Cinco meses más tarde, el niño fue inscrito en el registro civil de Paita por Carlos A. Naranjo. En el documento, fechado el 10 de agosto de 1886, se consigna los detalles referidos al nacimiento y también se consigna el nombre de los padrinos del menor: Manuel E. Raygada y Josefa Raygada.

Por otra parte, si bien el matrimonio religioso de Alexander Blacker y Mariana Raygada se efectuó en 1877, su inscripción en los registros civiles de Paita se realizó recién el 10 de agosto de 1895. Sólo un año después de esta inscripción, Mariana Raygada sufrió un cólico fulminante que le costó la vida. Ella tenía 45 años cuando dejó de existir en su casa del poblado de La Huaca. La fecha exacta de su muerte fue el 30 de noviembre de 1896 y sus restos reposan en el cementerio San Teodoro de Piura.

Cuando Mariana Raygada falleció, sus hijos Luis y Carlos tenían 17 y 10 años, respectivamente. Luis ya había pasado una temporada en el Clifton College de Inglaterra, el mismo colegio donde había seguido estudios su medio hermano Alejandro Carlos. Otra vez Alexander Blacker se quedaba viudo con dos hijos menores de edad, aunque no por mucho tiempo.

Sólo siete meses después de la muerte de su segunda esposa, Blacker fue atacado por la temible enfermedad de viruelas y tras una corta convalecencia falleció en Paita en la madrugada del 17 de junio de 1897 a la edad de 73 años.

Blacker dejó escrito un testamento, el cual fue registrado legalmente el 29 de mayo de 1891. Como dato adicional debe señalarse que en 1892, Blacker tuvo que dejar el cargo de vicecónsul británico en Paita tras 39 años de servicio ininterrumpido. En realidad, Inglaterra consideraba que ya no era necesario mantener una dependencia consular en el puerto piurano y ordenó clausurar la sede. A esas alturas la presencia comercial británica en Paita era casi nula y los súbditos británicos en el lugar no llegaban a la docena.

Foto: Inscripción de Juan Clímaco Carlos Eduardo Blacker en el registro civil de Paita. Fue el segundo hijo de Alexander Blacker y Mariana Raygada.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Alejandro Carlos Blacker

Poco después de la guerra con Chile, el primogénito de Alexander Blacker Thierry, Alejandro Carlos Blacker Higginson, se comprometió en matrimonio con su prima hermana María Luisa Higginson Carreño, quien era hija de Enrique Higginson Andrews y María Natividad Carreño.

Debido a su grado de consanguinidad, la pareja tuvo que solicitar una dispensa especial a la Iglesia Católica para ser autorizados a contraer matrimonio. La boda se efectuó el 17 de diciembre de 1883 en la parroquia de San Sebastián en Lima. El novio tenía 31 años y la novia 22.

Lamentablemente la unión duró sólo seis años. Alejandro Carlos Blacker, quien era comerciante como su padre, cayó enfermo de tuberculosis pulmonar y murió en Lima el 27 de mayo de 1889. Sus restos fueron velados en la casa de la familia de su esposa que estaba ubicada en la calle de Aumente. El memorialista Heinrich Witt asistió al velorio y escribió en su diario que no hubo una gran concurrencia. Blacker Higginson tenía sólo 36 años y entre 1883 y 1885 había sido alcalde de Paita como su padre.

Alejandro Carlos Blacker y su esposa tuvieron tres hijos: El primero fue Alejandro Ricardo Emilio Ramón Blacker Higginson, quien nació en el pueblo de La Huaca el 6 de octubre de 1886 y murió casi un año después, el 25 de setiembre de 1887. La segunda hija del matrimonio fue María Luisa Blacker Higginson, quien nació en Paita en 1889, y la tercera descendiente fue Elisa Blacker Higginson, quien nació en Piura en 1890. Es decir, Elisa fue hija póstuma ya que su nacimiento se produjo cuando su padre ya había muerto.

Foto: Alejandro Carlos Blacker Higginson en Lima. Archivo Courret.

martes, 1 de septiembre de 2009

Segundo matrimonio y guerra

Después de su breve periodo como alcalde de Paita en 1869, Alexander Blacker Thierry se convirtió en presidente de la Beneficencia del puerto. Su gestión fue muy reconocida por los pobladores, lo que lo llevó a postular por segunda vez a la alcaldía en el año 1876. Se trató de un accidentado proceso electoral que ha sido reseñado en el libro Paita, Hombres y Huellas de Reynaldo Moya Espinosa. Cuenta el autor que Blacker resultó elegido, pero el alcalde en funciones, Abelardo Garrido, se negó a entregar el cargo con la excusa de que las elecciones habían sido impugnadas.

Blacker recibió el apoyo de los paiteños y presentó un reclamo ante el gobierno central. Del mismo modo, montó una oficina de alcaldía en un lugar diferente. Por algunos meses, Paita tuvo dos alcaldes despachando paralelamente hasta que el gobierno le dio la razón a Blacker y Abelardo Garrido no tuvo otro camino que dejar su cargo.

Según los registros de la Municipalidad de Paita, Blacker fue alcalde de 1877 a 1879. Precisamente, durante su gestión, el comerciante y vicecónsul inglés contrajo matrimonio con Mariana Raygada Días, natural de Paita, de 28 años de edad, e hija del coronel de infantería del Ejército Eugenio Raygada Gallo y María Concepción Días Espinoza. La boda se efectuó el 29 de octubre de 1877.

Un mes antes del matrimonio, el 26 de setiembre de 1877, Blacker fue bautizado en Lima con el nombre de Alejandro Cipriano. En esa partida aparecen los nombres castellanizados de sus padres (Alejandro Blacker y Susana Thierry) y se consigna que tenía 50 años, aunque en realidad bordeaba los 52. Su padrino de bautizo fue Enrique E. Higginson, la misma persona que 27 años antes había sido su ahijado. Este hallazgo permite suponer que Blacker se bautizó expresamente para contraer matrimonio católico con Mariana Raygada y siembra algunas dudas sobre su primera boda con Eliza Higginson Andrews. No obstante, es posible que esa unión se haya efectuado bajo el rito protestante.

El primer hijo de su segundo matrimonio fue Luis Blacker Raygada, quien nació el 26 de octubre de 1879 y fue bautizado el 27 de marzo de 1880. Su padrino fue su tío Charles Louis Adolphus Blacker, hermano de su padre y quien había sido cónsul inglés en Matamoros, México, por un breve periodo (había sido nominado el 16 de noviembre de 1858, asumió funciones el 13 de noviembre de 1861 y renunció al cargo el 12 de setiembre de 1863). Sin embargo, Charles Louis Adolphus Blacker, quien se hacía llamar Louis Blacker, no estuvo presente en la ceremonia y envió un poder especial a su sobrino Alejandro Carlos Blacker, quien lo representó en el bautizo. La madrina del niño fue su abuela Concepción Días.

También en 1880 la guerra con Chile provocó una movilización masiva de hombres en el norte peruano y el vicecónsul inglés Alexander Blacker fue nombrado jefe de las milicias de Paita. Poco fue lo que se pudo hacer cuando el almirante chileno Patricio Lynch se presentó en el puerto con cuatro barcos y un ejército de las tres armas el 17 de setiembre de 1880. Las autoridades locales decidieron evacuar Paita y los chilenos nombraron una Comisión Municipal Provisoria presidida por Blacker e integrada por su hijo mayor, Alejandro Carlos, y dos súbditos extranjeros: Juan R. Bobbia y Jorge Woodhouse.

Ante ellos Lynch planteó el pago de 10 mil soles de plata como contribución de guerra, pero la respuesta del pueblo fue negativa y el almirante chileno incendió el local de la gobernación y la maestranza. Luego Lynch incursionó con una columna de caballería sobre El Arenal, La Huaca y -vadeando el río- llegó hasta Tangarará. El 21 de setiembre regresó a Paita y fue entonces cuando incendió la aduana rociándola de querosene.

Al día siguiente, Alexander Blacker emitió una declaración de tres puntos, señalando que los chilenos habían respetado la propiedad particular, que los almacenes del Estado fueron abiertos en su presencia y que sólo quedaron ahí las mercaderías no reclamadas por sus dueños. Finalizó su declaración comentando que la destrucción de la aduana se efectuó cuando el vecindario se negó a pagar la contribución de guerra. Por esta declaración muchos paiteños criticaron a Blacker insinuando que fue muy condescendiente con Lynch porque ambos tenían vínculos británicos.

Posteriormente, el 11 de junio de 1881, el invasor chileno Emilio Valverde, jefe político y militar de Paita, organizó una reunión “para tratar de asuntos de alta importancia de la localidad”. Los convocados a la cita fueron el vicecónsul inglés Blacker; el vicecónsul de los Países Bajos, Carlos P. López, y los vecinos Baltazar Poblete, Manuel León y S. F. Gil.

En esa reunión se firmó un acta en la que acordaron que Valverde prestaría apoyo y protección a los habitantes, al comercio y a los intereses neutrales y del país, mientras que Blacker, López, Poblete, León y Gil se comprometían a formar una Guardia Urbana para cuidar el orden y los intereses de la ciudad. Asimismo, debían suministrar diariamente los víveres y otros artículos para sostener a las fuerzas chilenas de ocupación.

Esta comisión especial que formaba Blacker junto a otros vecinos de Paita era llamada por los chilenos "junta municipal accidental" y tenía la representación oficial de la población ante el ejército invasor. En una de sus peticiones, fechada el 16 de julio de 1881, la comisión ruega que se restablezca el tráfico por ferrocarril en la ribera del río Chira debido a la alarmante escasez de agua que estaba afectando a la población del puerto de Paita. La solicitud para restablecer el ferrocarril entre Paita y Piura fue rechazada por los chilenos, aunque el jefe político y militar Emilio Valverde se comprometió a entregar 2 mil litros de agua diarios para que sea repartida entre los civiles.


Foto: Cuando tenía 15 años Luis Blacker Raygada fue registrado por su tío Alejandro Higginson en la Municipalidad de Paita. En esa época los registros civiles empezaban a ser tan importantes como los registros de las iglesias.

jueves, 20 de agosto de 2009

Vida pública

Como ya se señaló en un post anterior, Alexander Blacker Thierry no estuvo concentrado solamente en sus intereses comerciales. En 1866 fue nombrado agente consular francés en Paita y en 1869 se convirtió en alcalde del puerto por un breve periodo. Además, en 1870 fue autorizado por el gobierno para emitir moneda feble de 5 y 10 centavos y al mismo tiempo promovió la construcción del ferrocarril Paita-Sullana, que tuvo una subestación en el poblado de La Huaca.

Durante la investigación también se ha encontrado un documento, fechado el 28 de marzo de 1871, en el que Alexander Blacker aparece como tesorero de las obras públicas del pueblo de Colán y se compromete a responder financieramente con sus bienes al recibir una suma de 2,048 soles para refaccionar la iglesia de la localidad. Posteriormente Blacker también recibió fondos públicos para refaccionar la iglesia de Sullana y el cementerio de Paita.

Es evidente que el comerciante y vicecónsul inglés desarrolló una sólida relación con su comunidad y con el pueblo de Paita que, ante los ojos de muchos inmigrantes extranjeros, no era considerado un lugar acogedor. La mayoría de visitantes foráneos que han dejado evidencia escrita sobre su paso por Paita durante el Siglo XIX califican el pueblo como “miserable”. Solamente durante el breve apogeo de la industria ballenera norteamericana, el puerto piurano experimentó una actividad económica importante y atrajo a numerosos inmigrantes.

Sin embargo, desde su llegada en 1852 hasta su muerte en 1897, Blacker permaneció estrechamente ligado al lugar llevando una activa vida comercial, social y pública. Si bien es imposible conocer al detalle cómo Blacker percibía Paita y su población, algunas de sus ideas sobre el lugar han quedado registradas en un reporte oficial que el vicecónsul envió a Inglaterra el 31 de diciembre de 1871.

El documento, escrito en inglés, se encuentra en los Archivos Nacionales de Inglaterra y contiene información sobre salarios, precios de provisiones, así como referencias a la alimentación, vestido, vivienda y salud de la clase trabajadora de Paita.

Algunos pasajes relevantes incluyen la siguiente información (*): “el clima del departamento de Piura no hace necesaria la utilización de ropa especial. La vestimenta más simple como una camisa de algodón, pantalones y un sombrero de paja es todo lo que se necesita durante el año y se puede comprar por unos pocos dólares”.

“Los zapatos y las botas son artículos de lujo y se calzan solamente los domingos o días de fiesta cuando también se añade a la vestimenta un saco de lino para dar una apariencia de elegancia”.

“El clima es probablemente el más saludable del Perú. Ni fiebres ni epidemias han prevalecido en este lugar, la ausencia de lluvia y los vientos constantes mantienen la atmósfera libre de malos aires y hacen de este lugar, más allá de cualquier duda, el más saludable y placentero de cualquier país tropical en el mundo, lo cual explica la apatía y holgazanería de su población, la cual puede vivir feliz y satisfecha con muy poco, sin necesidad de trabajar duramente”.

“Durante la mayor parte del año la gente prefiere dormir a cielo abierto frente a sus casas y en ningún momento hay necesidad de usar algo más que una ligera frazada. Ropa de cama, como sábanas o colchones, son artículos de lujo, por lo que una hamaca es suficiente para dormir bien, sin que nadie o muy pocos aspiren a algo mejor”.

“La renta de una casa es moderada… 50 dólares y 8 centavos es el promedio de la renta de una casa de dos o cuatro habitaciones, dependiendo de su situación y calidad”.

“La comida es abundante y barata en comparación con otros lugares del Perú. Carne de res, muy buena, de 10 a 12 centavos por libra; cordero, de acuerdo a su condición y tamaño, de 4 a 5 dólares cada uno; cerdo, de 7 a 8 centavos por libra; cabras, de 4 a 5 dólares cada una y constituyen la principal comida animal de las clases más bajas; arroz, muy bueno, traído desde Lambayeque, precio promedio 8 centavos por libra; frijoles, lentejas, maíz, camotes, calabazas, cebollas, papas, yucas, tomates y muchos otros vegetales, todos abundantes y baratos, son posibles de conseguir a lo largo de todo el año”.

“La gente se contenta con la comida más simple. Arroz y frijoles, camotes, calabazas, cebollas y una pequeña cantidad de carne es todo lo que necesitan para mantenerse en condición saludable. Un hombre de las clases más bajas puede vivir con un ingreso de 35 a 50 centavos por día, incluyendo la usual bebida de cocoa o chocolate de inferior calidad”.

“El salario de los trabajadores agrícolas puede exceder los 6 reales por día, sin incluir comida; el trabajador común del pueblo, de 1 a 2 dólares por día; carpinteros, entre 2 dólares 4 centavos y 3 dólares por día; zapateros, entre 2 dólares y 2 dólares 4 centavos por día; el mismo salario se aplica para los sastres”.

“Hay amplio espacio para trabajo extranjero de cualquier característica en todo el departamento y todo foráneo asentado en este lugar ha logrado tener éxito para vivir con comodidad, pero, lamentablemente, la mayoría de artesanos extranjeros que ocasionalmente se establecieron en este lugar pronto se dedicaron a la bebida y cayeron más bajo que cualquier nativo en las mismas circunstancias. Sin embargo, ellos son preferidos sobre los artesanos nativos”.

“La gente de este país es probablemente la más feliz del mundo, perfectamente satisfecha con poco y, aparentemente, no más feliz con más; y si es el efecto del clima o no lo que afecta a los extranjeros, éstos generalmente muy rápido adoptan la misma vía de pensamiento y comportamiento de los nativos, y, por lo general, se vuelven inútiles, abandonados y una desgracia para el país”.

“La indiferencia general de la clase trabajadora y la consecuente dificultad para inducirlos a trabajar, combinadas con sus exageradas demandas que no corresponden a la calidad de su trabajo, obliga a las personas a buscar trabajadores en otro lugar antes que ceder a las extorsiones”.


Foto: Imagen de la plaza principal del puerto de Paita, captada probablemente a inicios del Siglo XX.

(*) Se trata de una traducción libre.

miércoles, 15 de julio de 2009

Triste Navidad

Apenas quince días después de su declaración a favor del cónsul norteamericano Charles Winslow, Alexander Blacker Thierry recibió un duro golpe en el plano personal. Su esposa Eliza Higginson Andrews no pudo seguir luchando contra la tuberculosis y murió en vísperas de Navidad, el 24 de diciembre de 1863, a los 42 años de edad. Su tumba se encuentra en el cementerio San Teodoro de Piura. Sólo dos días antes había muerto en Lima la niña Natalia Blacker Martel.

Algunos años antes de que se produzca la muerte de Eliza Higginson de Blacker, el viajero alemán Heinrich Witt había estado algunos días en Paita y dejó evidencia escrita de esa visita en su diario personal. Witt cuenta que el 1 de febrero de 1857 tomó desayuno en casa de Alexander Blacker junto a Richard Bullen y Gerald Garland, un inglés que llegó al Perú poco después de la independencia y que tras ser empleado en la casa Gibbs de Arequipa se había convertido en un próspero hombre de negocios. En aquella oportunidad, Witt notó que la esposa de Blacker ya lucía bastante afectada y demacrada por la enfermedad.

Meses después, Witt hizo otra visita a Paita y cuenta que Eliza Higginson de Blacker se había mudado permanentemente a una casa de campo en la villa de La Huaca, donde el clima era apropiado para su salud. Incluso Witt visitó La Huaca y señala que encontró a Alexander Blacker y a su hijo Alejandro Carlos bañándose en el río Chira sin temor a los caimanes que abundaban en la zona. Aquella vez Witt también desayunó con los Blacker y destacó su amabilidad.

Después de la muerte de Eliza Higginson en 1863, Alexander Blacker se quedó a cargo de dos hijos menores de edad (Alejandro Carlos, de 10 años; y María Elisa, de 1 año y 4 meses). Sin embargo, en el caso de la niña, existen fundadas sospechas para creer que muy pronto fue “adoptada” por la familia de su madre.

Existe información que revela que, a los 6 ó 7 años, María Elisa viajó a San Francisco, California, Estados Unidos, donde residían sus tías Caroline y Mary “Mariquita” Higginson. La primera casada con James Bowman, quien había sido agente portuario en Islay; y la segunda casada con Stephen H. Smith, un norteamericano que también había vivido en el Perú. Por esa misma época, el hijo mayor de Alexander Blacker fue enviado por su padre a Bristol, Inglaterra, con la finalidad de estudiar en el Clifton College, donde estuvo enrolado desde mayo de 1868 hasta julio de 1869.

Mientras tanto, en Paita, Blacker Thierry siguió involucrado en múltiples negocios y actividades públicas. En el libro Paita y el impacto de la flota ballenera norteamericana en el norte peruano 1832-1865, escrito por William L. Lofstrom, se revela que en la década de 1860 Alexander Blacker incursionó en el negocio del cultivo de algodón al mismo tiempo que otros extranjeros como Gerald Garland y Alfred Duvall, quienes, además, sirvieron interinamente como cónsules de Estados Unidos en distintas épocas.

En algún momento, Duvall, un ingeniero nacido en Baltimore, se convirtió en socio de Blacker y de otros comerciantes de Paita para exportar algodón a Europa, principalmente a Inglaterra. En el libro del profesor Lofstrom se señala que la plantación de algodón estuvo ubicada cerca del fundo de Monte Abierto, importante plantación situada en el amplio valle que se extiende al norte del río Chira, cerca de Sullana.

Respecto al mismo tema, el científico italiano Antonio Raimondi otorga más pistas en su trabajo titulado La Mirada del Viajero. Tras su visita al valle del Chira en el año 1869, Raimondi encontró que para irrigar sus campos muchos algodoneros habían adquirido potentes bombas de vapor cuyo combustible era la madera de algarrobo.

Raimondi revela que ubicó estas máquinas en las haciendas Paredones de J. Woodhouse, La Rinconada de A. Blacker, Pucusulá de M. Raygada y describió con precisión la bomba principal, ubicada en el fundo Monte Abierto de la gran hacienda Tangarará de la familia Arrese, que en algún momento formó una sociedad con Gerald Garland.

La exportación de algodón en gran escala desde Paita a Europa tuvo su apogeo en los años 1860 durante la crisis europea del algodón que estuvo asociada a la Guerra Civil norteamericana. Sin embargo, se sabe también que las bombas para riego artificial descritas por Raimondi no cumplieron su función a cabalidad. Las crecidas del río Chira de 1871, 1877 y 1879 destruyeron las instalaciones ubicadas al pie de las terrazas ribereñas que regaban. A pesar de las dificultades, hay evidencias de que Alexander Blacker nunca abandonó el negocio del algodón.

Foto: Casa conocida como El Palomar que -se dice- perteneció a Alexander Blacker. La propiedad ubicada en el poblado de La Huaca se encuentra en estado ruinoso.

sábado, 27 de junio de 2009

Blacker en Paita

En 1853, un año después de su boda, Alexander Blacker Thierry y Eliza Higginson Andrews tuvieron a su primer hijo: Alejandro Carlos Blacker Higginson. La familia ya había decidido afincarse en Paita debido a que Blacker tenía proyectos para incursionar en el negocio algodonero.

La segunda hija del matrimonio Blacker Higginson fue María Elisa, quien nació en Paita en 1855. Lamentablemente, la niña murió tres años después. Se presume que ella fue trasladada en barco de Paita al Callao para ser tratada de una angina de pecho, pero falleció durante la travesía. Su defunción fue inscrita en el Callao el 11 de julio de 1858. Lo curioso es que ningún familiar declaró su muerte y tampoco se consignó el nombre de sus padres en su partida de defunción. La única firma en el documento pertenece al cura de la iglesia matriz del Callao, quien certificó su deceso. La lápida de la niña se encuentra en el cementerio Presbítero Matías Maestro de Lima.

Esta triste desaparición afectó profundamente a la familia Blacker Higginson, que decidió rendirle un tributo a su hija donando una pila bautismal a la iglesia del pequeño poblado de La Huaca, ubicado a ocho leguas de Paita.

La pila bautismal tiene grabado el nombre de María Elisa Blacker hasta la actualidad y fue tallada en Lima como si se tratara de una fuente de agua. La pila tiene tres tipos de figuras: cabezas de león, cabezas de un niño y escudos del Perú. Los escudos se grabaron a pedido de Alexander Blacker, quien en su calidad de vicecónsul británico pretendió así rendirle homenaje al país donde cumplía funciones.

La pila fue donada en 1862 y en ella fue bautizada la tercera hija del matrimonio Blacker Higginson, quien llevó el mismo nombre de su hermana desaparecida. El bautizo de María Elisa fue el primero que se realizó en aquella pila y también el primero que quedó registrado en los libros de la iglesia de La Huaca porque hasta esa fecha la parroquia no estaba autorizada a celebrar bautizos ni matrimonios. María Elisa Blacker Higginson fue bautizada el 11 de agosto de 1862 a los 4 meses y medio de nacida. Sus padrinos fueron Toribio Seminario y Váscones, y Ricarda Cortés.

En aquella época muchos de los más prósperos comerciantes de Paita tenían casas de campo en La Huaca o sus alrededores. Además, muchos de los negociantes dedicados al cultivo de algodón también tenían propiedades en la zona. Incluso casas comerciales extranjeras tenían locales en el lugar, que hoy luce tristemente empobrecido.

No se sabe por cuánto tiempo Alexander Blacker estuvo a cargo del negocio heredado de la familia Higginson, pero posteriormente fundó la firma Blacker & Co. Paralelamente a sus actividades comerciales, Blacker desarrolló una activa vida pública en Paita llegando a ser alcalde y artífice de la creación de la primera compañía de bomberos en 1860.

Exactamente el 24 de noviembre de ese año se formó en Paita la compañía contra Incendios por Grigos, que no soólo fue la primera en la provincia de Piura, sino también en la región norte del Perú. Como comandante y presidente de la primera junta directiva fue elegido Alexander Blacker, mientras que los propietarios de los negocios paiteños se autoimpusieron un tributo de un real al mes (llamado "derechos de incendio") para el sostenimiento económico de la compañía. Los miembros del cuerpo de bomberos lucían uniforme de pantalón blanco y casa roja con casco metálico, cuyo color diferenciaba los grados.

En esos momentos, la posición social de Blacker en el pueblo era cada vez más importante. En 1863, Blacker aceptó defender al cónsul de Estados Unidos Charles Winslow, quien fue víctima de una campaña para desacreditar su administración tanto en el consulado como en el hospital norteamericano que funcionaba en Paita y que era exclusivo para ciudadanos estadounidenses. Los ataques contra Winslow, alentados por capitanes de barcos norteamericanos, se hicieron tan evidentes que incluso se imprimieron panfletos acusándolo de realizar cobros indebidos en el consulado.

El 10 de dicembre de 1863 Alexander Blacker aceptó ser entrevistado por Winslow sobre la situación del consulado norteamericano en Paita. El documento se envió a Washington y se conserva en los Archivos Nacionales de Estados Unidos. En él, Blacker afirmó que los balleneros norteamericanos con frecuencia desembarcaban a sus tripulantes enfermos sin observar las formalidades de ley. También señaló que desde la llegada de Winslow en setiembre de 1862 se había hecho una "limpieza" general de norteamericanos indeseables en paita y que las amenzas de los capitanes de las naves habían disminuido.

Blacker añadió que Winslow era un "perfecto caballero", que su carácter y dignidad eran superiores a los de sus predecesores y que se había registrado una "notable mejora"en la respetabilidad del consulado.

Foto: El nombre de María Elisa Blacker está grabado en la pila bautismal de la iglesia del poblado de La Huaca hasta la actualidad.